Dónde

¿En dónde están tus letras?
dime
¿en dónde están tus letras?
que te busco y no te encuentro,
que las busco y no las leo...
¿no ves que son mi vida, que son mi sangre, que de ellas me alimento?

¿En dónde están tus letras... en que nido las has guardado?

Ojos

Estoy dispuesto a entregarte

el brillo de mis ojos

en una noche blanca.

Quiero entregarte

la luz de mis ojos

velar tus sueños

y alcanzar una estrella

lindo lucero

que te brinde paz.

Y

Me tienes atrapado, cada vez que te miro, veo una fruta, veo el verde de una pera, el rojo de una manzana, las curvas de la ciruela. Cada vez que te miro, -con hambre-, te persigo, con el cuchillo en la boca, y el tenedor en la mano.
Cuando tus manos tocan la exquisitez de tu fruta, todo suda y se derrite, caigo en la canasta, en medio del frutal.
Cuando te miro horizontal, es una "y" griega, de izquierda o derecha, el camino a seguir, si izquierda me espera un jardín, el aroma, tu fragancia; si derecha, me espera tu fuente, tu leche, tu queso, tus aguas que saben saciar mi sed.
Es el camino... lo que me antoja, recorrerlo, curvearlo, saborearlo lentamente, sin perder las estadías en tus lunares que son faros de luz.
Que el camino sea eterno, esperanzador, que me mantenga pensando que algún día, alguno, llegaré a la cima de tu cielo.

El vacío de tu ausencia

Aún no he superado

el vacío de la ausencia.

Aún paso por la ventana

para sentir las caricias

para perderme en la mirada.

Tengo un vacío muy profundo

aún no superado

a pesar del deseo,

el deseo de la distancia.

Estás distante de mí

pero aún mis ojos te cuidan

te iluminan

casi me creo tu ángel de la guarda

que ilumina tus pasos

cada día.

No, aún no

no he superado la crisis

de no tenerte acurrucada

en mis brazos

de cantarte al oído

no, aún no

no he superado

el vacío de tu ausencia.

Eres

Eres la tierra perfecta

que desearía cultivar en mis manos

eres el barro idóneo

que desearía moldear con miel

y formar pétalo a pétalo

cada curva de tu entorno

cada hueco de tu piel.

Poesía

Llevas en tu nuca

el deseo oculto

de la poesía.

Mis ojos están clavados

en cada una de sus letras

y sangran

sin pedir perdón.